Matrimonio. Capítulo I Despertar
Bruneta tiene un reloj biológico sincronizado con el sol, cada mañana al despertarse giraba la manilla de la contra ventana del Este, le gusta el chirrido agudo que le devuelve la conciencia perdida en el sueño.
El monte de dos picos se perfila por la luz mágica que envuelve el horizonte segundos antes de amanecer. Unos instantes después el Sol rompía el paisaje y Bruneta se despereza bostezando en la ventana estirando un brazo y doblando el otro en su saludo al sol.
Bruno, perezoso echa pestes del ruido que hace Bruneta, ¿por qué no me dejas dormir? –le dice enfadado al saber que cada día se levanta más temprano.
Es primavera Gordito – le llama gordito pero si hay que ser precisos Bruno es gordo, requetegordo, gordinflón – la mañana es azulísima , huele a jazmín, la vida hay que vivirla despierto y hoy es el primer día de tu régimen.
A Bruno le asaltan ideas criminales mientras el delicado cuerpecito de Bruneta deambula elegante y vaporoso por la enorme habitación. Él, al abrir un ojo, se topa con las formas femeninas tras el traslúcido camisón y se esfuman de inmediato los malos pensamientos. Toda su humanidad se llena por un instante de ese inmenso amor que siente por ella y se alegra comprobando que todavía al verle siente ese cosquilleo en el estómago. Fue llegar con su mente a ese digestivo órgano lo que puso fin a su pereza y se levantó sintiendo en sus pituitarias el aroma del pan tostado y café que preparaba Bruneta.
Que ricas tostadas -le dijo- que rico cereal de régimen -le contestó ella.-
Con ella no se vive pero sin ella ya estaría muerto - se dijo abriendo el bric de leche desnatada-.
9 comentarios
pini -
nada de mea culpa (además sabés que yo con eso culpas y creencias soy tan animal que confundo el pésame con el credo).
hoy te daré la razón en todo, porque necesito que vos hagas lo mismo.
decime ahora qué vidrios quiere que apedree, o si lo tiramos haciendo sapito en el río.
26 -
La libertad y el amor, si, tienes toda la razón, pero yo no hablo de la libertad y el amor, hablo de la libertad y el matrimonio o convivencia. Debería ser lo mismo pero en la practica en muchísimos casos parece que no.
Reconozco que soy víctima de los parámetros estéticos de delgadez que nos han impuesto y solo puedo entonar el mea culpa, ahora, eso si, quiero verle la cara y la cintura al que tire la primera piedra.
ni -
tal vez un poco melancòlicas, pero no depresivas.
la mejor manera de evitar el abandono es dejarlo ser.
la libertad es al amor lo que el manjar al hambre.
sabe saciarlo y con calidad.
para el atrevimiento y la seducción sólo se necesita imaginación.
los contornos son accidentes geográficos, que habrá que saber cómo sortear con atrevimiento.
te he llevado la contra con todo, 26, otra vez intentaré darte la razón.
soy mujer.
26 -
Ella quiere evitar que él se abandone, él se queja pero se deja cuidar. El día que Bruneta le deje dormir o no cuide su régimen, Bruno sabrá que ha perdido a Bruneta y que se ha perdido a si mismo.
El atrevimiento, la seducción y las cinturas pueden ser el motivo de otro capítulo aunque para esa ocasión buscaré un matrimonio más elástico (en todos los sentidos) que el de Bruno y Bruneta..
Schere, Si, él debe saberlo, pero de momento es primavera.
Santiago, Una gran noticia. El terciopelo verde se hizo Escualo, pero no negro; blanco, níveo lo veo.
Allí nos veremos.
Santiago -
Y no me deja. Insisto, aunque cedo en el caso corriente, que la nieve sólo es blanca en las caricaturas. En la vida real, además, por lo que a mí respecta, no existe.
Santiago -
Por cierto que estamos con un nuevo espacio, a medio acabar pero están invitados a la obra negra. (cosa de picar en mi nombre)
ni -
ella lo quiere seducir, y él se aferra a las´sábanas.
sería una oportunidad, bruno, para que en lugar de enroscarse en ellas, se aferre a la cintura de bruneta.
(vamos a ver si así le dice gordito con tono de gordo, o goooooooordito, con la desesperación de la hambrienta)
Schere -
Pobre Bruno, espero que le consuele pensar que según transcurren las estaciones también hay oportunidad de que ella se levante cada vez más tarde.
ni -
la búsqueda podría ser cómo dejar que toda la sensualidad de ella y que se adivina en sus transparencias -pese a ser una adivinanza tantas veces resuelta, sigue desperando el interés de bruno- lo colme de vida.
(el peso puede esperar)