Me asomo a la ventana ...
Me encajé en el rincón elevado. Estaba solo, triste, melancólico..., más incluso de lo que las circunstancias pedían. No se a quien quejarme así que me flagelo como si fuera el único causante.
Hay ocasiones en las que uno aumenta el grado de su malestar para que éste se le pase pronto. – no debo decirlo así, es arrogante, qué se yo los demás, - hay días en los que yo elevo el grado de mis males para sublimarlos con mayor facilidad.
-Si, así es más propio.-
El rincón era un lugar privilegiado para ver las parejas bailar. Mi cara de esfinge con la mirada perdida detrás de los enamorados bailarines fue a parar a la cara morena de una chica, olvidada por su novio que reía en un corro de machos que sudaban hormonas. Ella estaba encajada en el rincón opuesto.
Dos miradas perdidas de noche siempre se encuentran como el foco y el actor de teatro.
Mi cara era menos amenazante que la suya.
El primer asalto; aguantar la mirada, segundo; no mostrar interés, tercero; no reírse.
El gong del cuarto fue Nacha Pop, el asalto cuerpo a cuerpo, sudor a sudor, ya no se cruzaban nuestras miradas, eran paralelas buscando al novio, encontramos la de él y el combate se trasladó huyendo rápido y de la mano a mejor lugar.
Perdí por puntos, pero me siento mejor.
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Este relato ha sido recuperado de un cajón, corresponde a otro tiempo en el que había chicas de ayer y aún se perdían las miradas.
20 años no es nada.
4 comentarios
26 -
gracias.
(ya esta hecha la transferencia.)
ni -
disculpen.
pero, con todo respeto por nuriaS agrupadaS, presumo que ya quisiera aquél -a quien no tengo el gusto de tener en mi lista de teléfonos- parecerse a 26.
a propósito, 26, en el club de fans nos está haciendo falta que nos mandes algunos fonditos reservados.
26 -
NuriaS -