Blogia
Bitneriáceo

Rekan Tirun

Rekan Tirun

¿Todavía estas despierto?
Es el calor y que no puedo dejar de pensar, papá, no me duermo.
¿Quieres que te cuente un cuento?
Si

Hubo un tiempo en el que las playas eran lugares desiertos, la gente no las pisaba. Nada había en ellas que les pudiera atraer.
Arena y olas. Olas y arena. 
Apenas si se acercaban a las rocas de los costados para buscar cangrejos y mejillones.
La arena era inútil , vacía, desierta. Las olas asustaban como bocas hambrientas de feroces animales marinos.
Las playas permanecían lisas , como recién planchadas.
No las pisaban,
No las estrenaban.
Dos veces al día la marea llegaba para igualar lo igualado para  alisar lo alisado, nadie dejaba sus huellas.
Hasta una de esas playas llego un día un niño de 10 años que se llamaba Rekan Tirun que en el idioma que se hablaba entonces quería decir  Afortunado y Valiente.
La playa era inmensa.  Un centenar de metros antes de la orilla se encontraba, como si fuera un muro, una duna altísima  que impedía ver el mar.
Subir la duna era la mayor diversión para Rekan, cuanto  más alto subía mejor escuchaba en ruido de las olas y  se preguntaba que podría producir ese sonido.
La pendiente de la duna se hacia casi vertical antes de llegar a la cima.
Él lo intentaba una y otra vez pero siempre terminaba cayendo, rodando sobre la fina arena.
Caer era tan emocionante y divertido como comprobar que cada día llegaba un poco más alto.
Una noche había llovido tanto que cuando Rekan llego a su duna, había cambiado de color, era más oscura y compacta,  sus pies se clavaban en la arena que ahora casi no se movía con sus pisadas.
Subió con facilidad, superó sin problemas la máxima altura a la que antes había llegado.
Eso le dio más fuerza y valor para sin darse cuenta, llegar a lo más alto de la duna.
Se puso de pie en la cima y orgulloso se quedó  mirando el camino recorrido, le parecía increíble su proeza, hacía honor a su nombre: ¡Rekan Tirun! gritó mientras se daba la vuelta para descubrir por primera vez en su vida
¡ El Mar !
¡ La Playa.!

Estas dormido?
Hmsssno
Mañana te cuento el final.

2 comentarios

26 -

El cuentista se siente muy feliz por tu generosa admiración.
Para contar un cuento solo hace falta tener un niño delante, o ,como en mi caso, dentro.
Gracias pini.

pini -

contador de cuentos.
te admiro.