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Bitneriáceo

Deidades menores

Hace cuatro años coincidí por casualidad con Mario Vargas Llosa me lo presentaron y charlamos brevemente en un grupo. Recuerdo que fue hace cuatro años porque después vimos la semifinal del mundial de Corea-Japón. Brasil jugaba contra no se quien.

 

Estaba en Pamplona ,esa ciudad agradable a la que peregrinan todos los literatos del mundo que quieren descubrir la misma fascinación que sintió Hemingway. Tal vez para beber de sus mismas fuentes (dicho sea con toda maldad) y comer de los mismos fogones y así impregnarse de la vitalidad del norteamericano.

El Sr Vargas Llosa, por cierto, es de trato muy agradable y sabe de fútbol mucho más que yo, lo que no es decir gran cosa, claro. 

 

Manuel Vicent decía ayer en una entrevista en El Pais que durmió en un hotel en Siracusa levantado sobre una latomía que se sitúa en el mismo lugar en el que Platón, preso, concibiera el mito de la caverna.

 

Es común en la Literatura que estos actos fetichistas lleven a gentes descreídas de toda religión a sustituirla por otra en la que los grandes nombres de su oficio ejercen de vírgenes y santos que transmiten su gracia. No lo hacen en el altar o la estampita que es el libro de su biblioteca, sino que precisan llegar a los santuarios de sus profetas allá donde estén.

El peregrinar forma parte de la liturgia que genera meta-literatura como el Viajes, fábulas y otras travesías de Vicent. o meta-pensamiento.

 

Ayer me quede pasmado 20 minutos frente a las olas de una rompiente, creo que llegue por un segundo a sentirme en “éxtasis santateresiano”. Es probable que todos necesitemos, por un momento, de un altar, una comunión con algo o alguien, un segundo de éxtasis o de simple evasión, que a unos les haga escribir y a otros nos mantenga los neurotransmisores limpios y en forma para seguir intentando entender de que va esto de estar vivo.

5 comentarios

26 -

Pienso que las creencias religiosas o la falta de creencia alguna, deberían ser lo más íntimo del ser humano, por la sencilla razón de que son creencias.
Es muy cierto lo que comentas de hacer de la fe en la ciencia casi una religión, lo que dudo es que no sean conscientes de que lo hacen.

JuanPablo -

yo no comentaba para no romper ese silencio, porque expresaste -mejor de lo que hubiera podido hacerlo yo-algo en lo que vengo pensando desde hace un tiempo.

Pero ahora caigo que es parte de la respuesta que intenté dar a una pregunta tuya en Buenos Aires. Será que cada vez tolero menos a los que pretenden erigir a la ciencia como la religión única, sin ser conscientes de que hacen lo mismo que critican a otras religiones.

Schere -

En algunos lugares ya se paga por veinte minutos de siesta en cabinas hipermodernas... la siesta, ese placer de sillón y silencio de chicharras :)

Mientras, por suerte, aún hay gente que sabe apreciar las cosas. Apertas.

26 -

Schere, gracias por pasar, por tus palabras y por cerrar la página en silencio.
Ya es tan raro el silencio que algún día pagaremos por ratos de silencio.

Schere -

Preparaba un comentario, pero el párrafo final no me permite más que quitarme el sombrero y cerrar la página en silencio.

Estás en lo cierto.