Ayer por la noche, justo un segundo después de apagar la luz, en ese momento en el que todavía no estas dormido pero ya no estas despierto, mi cuerpo se fue reduciendo.
Al principio muy lentamente; sentía como de perdían mis manos bajo las mangas del pijama, la almohada se volvía montaña a lo lejos, mientras la velocidad de reducción se incrementaba.
Las texturas de lo que me rodeaba se modificaban con una aceleración brutal, de blando a duro de caliente a frío, le liso a rugoso, hasta que por fin ya no sentía nada a mi alrededor, solo la sensación de flotar en el aire sin percibir el tiempo ni las dimensiones en las que había caído.
De pronto percibí a lo lejos una fuente de luz muy tenue que se acercaba hacia mí a una velocidad increíble, cuando paso a mi lado pude aferrarme a ella. Era como una enorme pompa de jabón, luminosa, de un diámetro que sería unas tres veces mi nuevo tamaño, consistente pero ligerísima de peso, giraba sobre si misma y continuaba viaje hacia ninguna parte es ese espacio vacío en el que yo me sentía intruso. Solté por descuido la pompa y después de ver como se alejaba a la misma velocidad con la que había llegado me quede de nuevo en la nada más absoluta.
Antes que pudiera empezar a reflexionar sobre lo que estaba pasando un nuevo acontecimiento me sobrecogió.
Ahora el que tomaba velocidad era yo, en dirección perpendicular a la trayectoria de la pompa, fui viajando atraído por una fuerza desconocida. Por la sensación de velocidad pude calcular que llevaba recorridos lo que en mi tamaño normal serian 20 kilómetros, cuando me vi frenado justo enfrente de otra esfera, ésta era de mi tamaño, sólida, extremadamente pesada, sin duda ese peso fue el que me hizo caer hacia ella.
Irremediablemente había caído para la eternidad dentro de un núcleo de hidrógeno, seré para siempre un anodino y estúpido Neutrón. Que triste es el destino.
Primera parte
aquí
Cuando la luna derramó la leche en el mantel del firmamento dejó un río albino que los antiguos llamaron vía láctea, pensó el relamido poeta retirado.
Hoy respondo a una pregunta existencial: 
Para los que todavía no los han visto, el resto de la familia está aquí
Debo ser muy simple: soy feliz, ten cuidado es contagioso, y no solo en Navidad
Si hoy es viernes hoy cambia la luna.
He cambiado de ordenador y me estoy encontrando unas reliquias escondidas en el fondo del viejo ordenador: imágenes, paginas de Internet, programitas y otras chuminadas que decidí guardar porque en su día me habían llamado la atención. Uno de ellos es ese Fractal del post anterior que sale de una época en la que me entretenía en formular (con un programita) fractales y colorearlos , distorsionarlos ..., (amenazo con poner alguno más un día de estos).
Siempre me ha llamado la atención el poco caso que hacemos a buena parte de los datos numéricos que leemos o escuchamos. Llegados a un nivel, da lo mismo que nos hablen de cientos de miles, de millones o de miles de millones, nuestro cerebro asimilara si es mucho o poco según quiera el comunicador. Podemos leer: