Las grandes estrellas del cine se ha convertido a menudo en ídolos que nos acercan a las vidas que vivimos viendo sus películas. El hecho de existir físicamente vuelve reales las ficciones. Dudamos más de nuestros sueños que de lo que vemos desde la fila 10.
Nunca he tenido ningún ídolo, y esa necesidad de una identificación material, la he suplido procurándome trocitos de realidad que me hacen sentir que estoy dentro de las películas. Uno de ellos es el Dry Martíni
Para su preparación debemos seguir una liturgia. Es preciso tener muy claro como nos gusta, descubrir el matiz que hace que sea especial para cada quien. Una vez definido lo convertiremos en dogma de fe, jamás probaremos un dry martini que no cumpla nuestra condición, seremos vehementes, si es preciso se negará hasta la evidencia en su defensa. Esta característica nos permitirá disfrutar de interesantísimas conversaciones-discusiones cuando coincidamos con otro u otra bebedor de dry martini.
No se olvide de buscar en la literatura en el cine o la política, algún personaje que apoye su opción y de disponer de alguna anécdota con ellos ,( muy socorridos son Ernest Hemingway , Winston Churchill, Luis Buñuel, Ava Gardner...) si no conoce ninguna no dude en invéntesela. Recuerde ser lo más sofisticado y sibarita que le sea posible.
Tómese una coctelera o vaso mezclador, introduzca hielo abundante pero que permita que se mueva dentro de la coctelera, debe estar muy frío para evitar que se licue. aromatice el hielo con vermut ,el mas idóneo tal vez sea Noilly Prat (aromatizar permite distintas proporciones, como ejemplos : un dedal. Unas gotas. Las partículas que salen de un difusor de perfume con vermú, hacer que tu pareja beba un traguito de vermú y susurre delante del hielo tu nombre o algo más prometedor, una botella de vermú abierta mientras lo elaboramos o hacer pasar la luz del sol por la botella de vermú antes de incidir en el hielo..., aquí es muy de apreciar el ingenio del consumidor)
Elija la ginebra de su preferencia, Bombay Sapphire o Plymouth son, tal vez, las más adecuadas para este cóctel, mezcle removiendo la coctelera, sin batir.
Sírvase en copa de cóctel en la que se sumergirá la aceituna atravesada por su palillito, podemos sustituir la aceituna por un largo y retorcido trozo de corteza de limón.
Disfrute despacio, siempre bien acompañado, en un aperitivo o al anochecer, envuélvase con la música de jazz de su elección o con esas fantásticas canciones americanas de siempre cantadas por Dean Martín o por Rod Stewart
For all we know
We may never meet again
Before you go
Make this moment sweet againSi quiere apreciarlo de verdad recuerde que entre un dry martini y el siguiente, debe pasar largo tiempo, incluso se puede tomar uno solo en la vida, , su recuerdo será el de haber vivido una película.